"No hacías preguntas
no querías respuestas
tu cuerpo y el mío
dialogaban a tientas
buscando el ritmo exacto
que marcan los latidos
cuando conversan con la misma voz"
Volver a verte
L.E. Aute
Domingos por la tarde. No son tan malos como cantan por ahí. Ni el frío, ni la soledad, ni el silencio.
Ni parecerse cada día más a alguien que no se quiso ser. Ni empeñarse en seguir reivindicando locuras.
A veces, los domingos por la tarde, el mundo se detiene y cierra el pico. El humo no es incienso, ni niebla, ni música...es una promesa a mí mismo. La poca voluntad se arma de valor. El cuerpo se abriga solo con ropa. No hay alimentos, deseos, preguntas. Ni las cervezas se suben al alma.
Hay domingos que prefiero levantarme sin tí, casi sin mí. No me preguntes por qué.
Recibo. Te envío un sms que te dice "yo también, ven a cenar el martes, te quiero preciosa".
No hay remedio. No hay enfermedad, ya no. Es otra cosa. No queda domingo. No queda tiempo.
Todo se mezcla, se evapora y se marcha a otro lugar.
¿Qué queda?
Un resquicio sin dimensión para devolvernos casi todo lo robado, lo perdido, lo que jamás se marchará.